viernes, 24 de enero de 2020

Amazonas

Por lo pronto, dejo un resumen, dado a que estoy escribiendo largo y tendido para los interesados en el tema:

Amazonas, justo en la punta inferior del mapa, en la frontera con Brasil



Marashá, frontera de Perú, Brasil y Colombia


La ceiba mas antigua, 400 años 



Amazonas, el llamado pulmón de la tierra, cuya capital en Colombia es Leticia se encuentra en proceso de modernización, pero cuenta con varios espacios para conocer, como la Biblioteca y Museo Etnográfico, casas antiguas de la era de oro de la zona, el parque Santander y la torre de la iglesia en donde se puede visualizar toda la ciudad.


Tienen varios productos artesanales, con frutas de la región y obviamente posee gran gastronomía autóctona, muy buena.
Se tiene un fácil desplazamiento, se cuenta con autobus, taxis y moto taxis.
Buenos supermercados.
Uno o dos centros comerciales
Toures se consiguen a granel. Hay que saber elegirlos.
Existe gran cantidad de tiendas con venta de artesanías, pero es mejor comprarlos a las comunidades indígenas
Hay que conocer a Puerto Nariño. Hermoso y limpio. Gente amable.
La isla de los micos, linda. No me gustó que los indígenas tengan unas vasijas para darles dinero. Los toures mismos, deberían tener un dinero destinado para ellos, pues parecen recibiendo limosna y eso se ve feo. Además, ellos venden artesanías.. entonces sobra esta vasija.
Viajar solo es bueno, porque no estás supeditado al otro.
Espero que la zona de embarque, mejore, pues me parece peligrosa.

espera un escrito mucho mas detallado....

domingo, 30 de junio de 2019


Por fin fui a Caño Cristales

Desde el año 2013, había tratado de ir a Caño Cristales, pero no me respondían a los correos, o asuntos de seguridad en la zona, no dejaba que el viaje cuajara y solo hasta el 2018 (septiembre 10), pude lograr viajar a este destino, que contacté desde tempranas fechas del año, porque solo hay viaje de julio a noviembre; hay que hacer reserva con tiempo y un amigo que tengo de hace muchos años, quien vive en Alaska, tenía deseos de ir y vi la oportunidad de aprovechar la compañía. Correos electrónicos para acá y para allá, averiguando diferentes tours y asuntos relacionados con el viaje. Debo decir que no averigüé con varios operadores, porque mi amigo tenía la información de una prima, que había realizado el viaje con antelación, y dado a que hay tanta estafa por parte de inescrupulosos con agencias de viajes ficticias, tomé como opción esa. Después me di cuenta que existen diversos operadores, con diferentes hoteles, planes y tours para ofrecer, un poco distintas a la opción que tomé.
El vaucher que me enviaron, me pareció rarito. El escudo de la empresa se ve muy pixelado, y hace que uno dude de su veracidad.

Los correos inicialmente, no fueron respondidos, y luego contacté a otra persona, Ewa, quien me asesoró e informó todo el tiempo, sobre el proceso para comprar el paquete.  Me envió todo lo relacionado con el viaje, las precauciones, el tipo de ropa, cuándo salía, cuando regresaba, lo que incluía el pago del viaje, y cómo debería ser pagado. La exigencia de la vacuna contra la fiebre amarilla y las actividades que realizaríamos.
Caño Cristales es un sitio que queda en el Departamento del Meta. Se llega al municipio de La Macarena en donde se encuentran buenos hoteles. También tienen varios operadores, encargados de los diversos tours, incluyendo el servicio de los pasajes aéreos. Son vuelos charter. Salen de Medellín, Cali y Bogotá. Hay tours de tres o cinco días. Entre los planes hay, visitas a fincas llaneras, en donde le ofrecen a uno desayuno, almuerzo o comida, según el plan que se tenga, es decir, un amanecer, cabalgata, o atardecer. Más o menos una inversión de unos 665,71 USD, para cinco días, y obvio, más barato para tres o cuatro días. Allá hay que pagar tours extras.

La Macarena, se ve que está en crecimiento y se encuentra de todo. Muy amables. Aunque mi operador dejó de cumplir con unos puntos que estaban establecidos en el contrato.

Luego de loliar con todo esto, le informo a mi amigo, que ya estaba todo listo, que si podríamos viajar en septiembre, pero me comenta que él ya ha invitado a alguien más a quien había acaba de conocer por internet y dice estar “tragado” de ella, a lo que decidí viajar sola. No quedaba bien dañarle el parche con la señora, o yo quedar de violinista.
Empecé a comprar botas de agarre, protectora de tobillo y resistente al agua, pues había que caminar por el agua, la selva, la roca y la arena. Camisetas de color claro manga larga, pantalones tipo sudadera de tela impermeable, pues a veces tendría que caminar por agua que llegaba a la cintura, pero finalmente no me tocó esa altura. Supongo que no habría llovido mucho o no usamos ese tipo de rutas.

Para la cámara tuve que comprar un estuche protector, pues es época de lluvia. De hecho, como ya lo mencioné, allá no se puede ir sino es entre los meses de julio a noviembre, que es la época en que se ve más linda la “macarenia clavigera”, planta acuática, endémica de La Macarena.

La salida desde Medellín a La Macarena, se haría desde el aeropuerto Olaya Herrera, así que estuve juiciosa desde las 6:45 a.m. Había que estar en la oficina de Aero Servicios VIP, a las 7:00 a.m. (al frente de Sanidad Aeroportuaria). Allí me esperaría la coordinadora Zorayda, para realizar el debido proceso de abordaje. La hora programada del vuelo era las 8:00 a.m., siempre y cuando no hubiese problemas con el clima. El peso permitido en esa ruta es de 10 kg en bodega y 5 kg en el equipaje de mano. Pesé con juicio mis maletas, antes de ir.

Llegué al aeropuerto y casi nadie sabía darme respuesta de en dónde quedaba sanidad, pero ningún paisa se vara, así que di por fin con el lugar. El sitio de la agencia, estaba cerrado. Solo había sentadas dos señoras, con un maletín pequeño. Luego llegaron otras dos viajeras. La agencia seguía cerrada. Llamé a uno de los números que me habían suministrado a preguntar sobre el por qué no se veía a nadie, y qué había sucedido.

Informan que el vuelo saldría a las 10:30 a.m. que si era que no nos habían avisado, a lo que dijimos todas que no. Ni por whatsapp, ni por correo. Preguntaron nuestros nombres, y nos enviaron a tomar el desayuno pagado por ellos, en el segundo piso. Luego nos enviaron a hacer fila a las diez pasadas. Allá si había cantidad de gente, listos con sus morrales. Nos dividieron, nos pesaron con el maletín de mano y nos dieron un pasa bordo de color verde para unos y otros de color azul. Perdimos cuatro horas, porque terminamos saliendo a la 1:00 p.m.  Nos informan que entonces saldríamos también tarde al retorno, para compensar esas horas, cosa que no fue cierta.

Pidieron cédulas y/o pasaportes, para los extranjeros. Subimos al avión, nos ofrecieron unas galleticas de mantequilla al subir las escalas. Llegamos por fin a La Macarena, vuelo directo chárter, al Aeropuerto Javier Noreña Valencia, un aeropuerto de carácter regional. En el avión SEARCA cabíamos unas 18 personas, 20 con los pilotos. El vuelo estuvo bueno. Se ven los ríos, y las diferencias geográficas de nuestro bello país.
Bajamos las escaleras, y los morrales y maletas, las bajan a una zorra tirada por un caballo. Me acordé de Capurganá. Pagamos el ingreso a La Macarena, la tasa aeroportuaria de La Macarena (6.000 pesos/persona). También pagamos el impuesto de ingreso al municipio de La Macarena (nacionales colombianos: 26.041 pesos/persona; extranjeros: 39.062 pesos/persona).

En La Macarena, nos iba a encontrar el coordinador logístico el señor John Fredy Mora, quien tendría todos los permisos y nos presentaría a la ecoguía, pero llegó otra persona, sin la guía. Nos recibieron en una camioneta blanca cuatro puertas, buena, y nos llevaron primero a almorzar, a la finca del Sr. Omar. Un señor joven, ya abuelo, pues allá se casan supremamente jóvenes. El común en la zona, muchachas de 19 con dos o tres hijos ya. Nos dieron una sopa rica, ensalada, plátano maduro, pescado amarillo (típico de la región) y limonada. Había unas hamacas y sillas, para que uno se sentara o acostara, si así se quería, mientras llegaban por nosotros, para llevarnos a Cormacarena a una charla sobre el comportamiento que deberá tenerse al ingreso al Parque Nacional y luego al hotel. La finca, muy limpia, tenía cebúes, caballos, ovejas, gallinas, muy titinas… y se nos informa que también recibe a gente allí, para estancia. Don Omar nos sacó un cebú, inmenso, para que nos montáramos en él… con un sombrero y una ruana… le da uno susto. ¿Cuántas personas se habrán puesto estos trajes? En fin que me subí y me tomaron varias fotos y también le dimos tetero, a una ovejita que la mamá había rechazado. Estábamos juntos los que seguiríamos por todo el tiempo en el combo. Dos rusos que vivían en Israel, Irina y Leonid, una francesa, Anne, y Luly, una cartagenera de nacimiento, pero isleña de corazón. Allá vive y trabaja. Luly era una de las que había llegado temprano conmigo al aeropuerto Olaya Herrera. Las otras dos chicas quienes estuvieron en el aeropuerto de Medellín, quedaron en otro grupo, con otro guía. Descansamos un ratico, nos dieron limonada y luego llegó otro transporte por nosotros.

Llegamos a las instalaciones de Cormacarena, para realizar una capacitación (Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena) que es obligación hacerla. Ellos también cobran otro impuesto gubernamental (nacionales colombianos mayores de 65 años: gratis; nacionales colombianos mayores de 25 años: 59.682 pesos; nacionales colombianos menores de 25 años: 43.797 pesos; nacionales colombianos menores de 12 años: 28.297 pesos; extranjeros de los países de la CAN: 59.682 pesos; extranjeros de los demás países: 91.067 pesos).



Vimos el video, nos dieron explicaciones del tipo de recipiente que se podía llevar y que en los hoteles nos llenarían nuestras cantimploras, por un dinero ($2.000). Debe ser de botellón, pues el agua allá no es potable. Firmamos una planilla, con nuestros datos básicos, nos pusieron un brazalete de visitante, de color amarillo para los extranjeros, blanco para los colombianos.

Luego nos llevaron al hotel La Cascada, me asignaron la habitación 203. Nos explicaron que allá nos llenarían en la mañana el botellón de agua para las caminatas, que también nos podían lavar la ropa, pues allá no se podía lavar en el baño. Costaba $2.000. Estaba prohibido lavar dentro de los baños la ropa. Escalas un tanto peligrosas para mi gusto, pero subía y bajaba tan cuidadosamente como podía, pegadita a la baranda de cemento, paredes blancas y puertas en madera. Sábanas limpias y baño limpio, pero las llaves del lavamanos estaban sueltas. Era cuestión de arreglar unos tornillos. Ambas llaves mal… en fin, para uno es duro, acostumbrada a arreglar todo lo que esté dañado y más cuando se ha sido jefe de mantenimiento, como es mi caso. También he visto a una señora cucaracha inmensa, que aunque sé que estos animalitos son limpiadores de bosques … casi mi muero…

El aire acondicionado se pagaba aparte, $20.000 por día, pues el calor es tremendo allá. El televisor de pantalla plana, colgado a la pared en la parte superior de la pared. Solo se cogían los canales de Colombia, uno que otro de Perú, otros cristianos, y alguno de películas.  

Ya ubicada en la habitación, saqué toda mi ropa y organicé todas las cositas que tendría por usar.

Nos dijeron que a las 7:00 p.m. nos encontrábamos en el hall del hotel, para explicarnos en donde comeríamos y allá la guía nos explicaría que ropa usaríamos para el siguiente día.
Fuimos al restaurante, y a pesar de habérselo informado con antelación a la agencia de viajes, qué tipo de comida le gustaba, o podía digerir, en el comedor, las personas que atendían, no tenían claro el asunto. Anne era vegetariana, y ha sufrido mucho, pues era escaso lo que le podían ofrecer, a Leonid le gustaba el picante, y siempre estaba el frasco, prácticamente vacío, pero no le traían otro.

Llegó la guía, Nilsa, muy bella gente, de muy buen genio y dispuesta a ayudar siempre. Nos explica qué tipo de ropa deberemos llevar puesta para la primera jornada. Vamos a Cristalitos. Debemos ponernos el vestido de baño y el pantalón de tela impermeable, botas de agarre y camiseta de manga larga y obviamente una buena gorra para proteger del sol y que no olvidáramos el pote de agua. Nos explica que no podemos llevar ningún tipo de elementos químicos, como antisolares o insecticidas, que a la entrada al parque natural nos revisarán y nos los podían quitar.

Cenamos, carne asada, con plátano, ensalada y sopa. Jugo de tomate de árbol, muy aguado. Luego al hotel y a dormir, no sin antes dejar lista la ropa para el día siguiente. Nos encontraremos en el restaurante a las 7:00 a.m. para desayunar. El sitio quedaba a dos o tres locales del hotel. Eran de la misma familia, el señor de la agencia, la dueña del hotel y la dueña del restaurante.

Llega el primer, día de salida, segundo de mi llegada (09-11). Listos a las 7:00 a.m. Ofrecen caldo de pescado, queso, huevo, pan, café, chocolate, arepa. Así que tomé chocolate, y arepa con queso. Luego al hotel, lavada de dientes y a salir para el puerto, con el pote de agua, las cámaras, el snorker, la toalla y algunos llevaron los zapatos para caminar dentro del agua. Me arrepentí de no haber llevado los míos.

Caminamos unas tres cuadras, para llegar al puerto por la Estación de Gasolina La Borágine, (con B, no sé por qué) y tomamos una lancha “La Caracolita”, no sin antes ponernos un chaleco y ajustar los tres broches. Iniciamos pues, la travesía por el río Guayabero. Nilsa, nuestra guía, estaba pendiente de irnos hablando de la vegetación y de la fauna, hacía devolver, parar o bajar velocidad al lanchero, para que viéramos los diferentes pájaros, iguanas, micos, que iban apareciendo en el camino. Luego nos señaló una parte alta, en donde dijo que subiríamos. A mí me pareció lejísimos y dije, “eso está como a tabaco y medio”. Fueron unos 20 minutos de recorrido en lancha, luego nos bajamos y yo asustada por mis tobillos, pero había llevado bastón, confiaba en que subiría. Todo el rato le hablaba mentalmente a mi papá. Llegamos al puerto en la rivera opuesta y subimos hasta una casa, que tenía como un kiosko (también escrito quiosco), en donde se encuentra uno de los guarda parques. Había un juego de rana. Ahí toman lista, Nilsa es nuestra representante y el guardaparques, le da el permiso para el ingreso. Hicimos ejercicios de calentamiento. El día estaba húmedo y más bien lluvioso. Iniciamos camino hacia arriba, con cierto ángulo de dificultad, yo diría que entre los caminantes, sería uno de nivel 6. Vimos nacimientos de agua, cuevas, mucho verde, selva para todos los lados, murciélagos, nidos de pájaros, hormigueros inmensos, pero afortunadamente Nilsa llevaba un ritmo suave y no había manera de cansarse mucho. A veces me sentía alcanzada de la respiración y ponía mucho cuidado a todo lo que pisaba, pues no quería estar de nuevo enyesada. Sabía que las caminatas podían durar entre dos 2 a 6 horas, así que tenía que cuidarme. Apenas era el primer día de recorrido.

En la zona, hay varios pisos térmicos que le permiten tener variedad endémica en fauna y flora. Dentro de la fauna se pueden encontrar osos hormigueros, tigres, jaguares, nutrias, pumas, venados de cola blanca, monos como el lanudo, o el aullador, unas 500 especies de aves, como mil y punta de especies de insectos, reptiles, anfibios, unas tortugas preciosas… mucha fauna amenazada que se encuentra en vía de extinción y existe otra sin inventariar; en flora, como es una selva húmeda, con piso térmico cálido,  heliconias, árboles inmensos como de 30 o 40 metros de altura, follajes cerrados, con bejucos y lianas, aunque también se ven arbustos y palmas. También hay gran diversidad de orquídeas, y flores endémicas.   

Llegamos hasta la parte más alta, “El mirador” de la Sierra de La Macarena PNN (Parque Nacional Natural) Tinigua, en el área de manejo especial, nos informa Nilsa, que allí había habido una emisora y había sido un punto estratégico para vigilar la zona, pues se ve todo el llano con su selva plana, pero también se ven peladeros, en donde se ve la presencia humana, tristemente invadida la selva, pero se veía en todo su esplendor, el río Guayabero. Había vegetación negra, pues hacía unos meses, había habido un incendio, pero la naturaleza es preciosa y estaba floreciendo nuevamente, cual ave fénix. Allí se veía hermosa toda la vegetación y hay unas flores blancas muy bellas, llamadas vellosias.

Seguimos nuestro recorrido por un pasto con florecitas amarillas, blancas, moraditas y por fin llegamos al río Caño Cristales, casi en sus inicios, se veía como una quebradita, Cristalitos, nos dijo Nilsa que se llamaba. El agua del rio Caño Cristales es completamente cristalina y va a desembocar al Río Guayabero. Los recorridos de este parque, las establecen ellos allá, de acuerdo a los grupos de viaje que estén en la lista, para no toparse en el camino. Hay unos más largos que otros y hay unas guías de madera, marcadas blancas, para ello. Sin embargo, los siete colores como tal en el río, no lo son, pues solo la planta macarenia, es la del color fuerte, los demás colores se dan gracias a la física, a la refracción, pues se refleja el cielo azul sobre la superficie del agua, y las rocas que tiene el rio en su cauce, que son más bien ocres, con el sol y el agua, se tornan verdes, amarillentas y naranjas.

Descansamos un ratico, tomamos fotos y luego cogimos camino, río abajo y encontramos un espacio muy bello, libre de la matica fucsia, en donde nos dejaron meter al agua. Es por eso que uno sale solo con un pantalón, camiseta, el vestido de baño, medias y zapatos para caminar. Los guías nos cuidaban la ropa, mientras nos metíamos al agua, deliciosa, fría, apenas para ese calor de la zona.

Salimos del agua, a caminar de nuevo, y buscar la finca en donde almorzaríamos. Muy limpia, con sillas de madera y plásticas, juego de ranas, baño limpio y hamacas. También tenía unas gallinas muy gordas y lindas. También había una zona de conservación para las tortugas de río del género podocnemis, con unos criaderos muy bien tenidos.  Almorzamos, descansamos y tomamos camino para llegar a un puerto en donde una lancha nos llevaría de nuevo a la ciudad.

Llegamos a la Macarena, y me fui a caminar por la ciudad. Uno debe salir del Parque natural antes de las 5:00 p.m. y  es por eso que uno tiene prácticamente un buen rato para caminar y conocer con sol aún. Allá están tratando de implementar la energía solar y el parque está siendo iluminado con ella. La iglesia preciosa, y en la actualidad, hay mucho ejército: naval, aéreo y terrestre.

Ya en la noche, nos llevaron al “Parrandón llanero” en donde cantaron, bailaron, y nos sirvieron carne asada. Cantaron con sus arpas, capachos, un cuatro y un bajo. Bailaron unos niños, muy bien presentados, y ensayados. También una pareja de grandes. Los guías se encargan de las mesas con su grupo que están dirigiendo. Luego nos invitaron a bailar, en donde terminé bailando un joropo, porque ninguno de mi mesa quiso salir.


Tercer día (09-12)
Se inicia el tercer día, con la salida por otro puerto. Nuevamente caminar hasta la lancha, postura de chalecos, tomar río abajo, llegar al punto de control, revisión de bolsos, llamada a lista, y a montar en un campero para atravesar una de las trochas llaneras. Es más o menos una hora. Llegamos al control militar. Están construyendo un albergue muy lindo en madera. Alguien me comenta que ya existía, pero la guerrilla lo había incendiado. Hay mucho soldado, muy jóvenes casi todos. De ahí, hacemos nuestro calentamiento y tomamos una de las rutas para caminar hacia el río. No sabría decir cuánto tiempo era, pues no llevaba reloj conmigo y celular, menos.

Caminamos por rocas, cascajo, llegamos a un puente hecho en madera. Caminé por la ribera del pequeño río y me dice Nilsa, que tenga cuidado que no está permitido pisar la macarenia. Sin embargo, la niña se fue un tris más allá, y zuas, al agua.  Por ahí estaban los guarda parques… ellos vigilan que los turistas no cometan infracciones en los parques. Uno de los guarda parques, estaba en la zona de los llanos, pero era de la zona andina. Tienen un uniforme similar, solo que el escudo que los identifica es diferente. Muy queridos los muchachos. Deben tener un excelente estado físico.

Pasamos unos dos o tres puentes de este tipo, realizados en madera inmunizada. En la época que fuimos, no estaba muy grande el caudal y realmente no sé si fue afortunada o desafortunadamente.

Llegamos a la Cascada de la Virgen. Muy hermoso el sitio. Nilsa nos llevó bananos para comer. Las cáscaras hay que llevarlas de nuevo a la ciudad. No se pueden dejar allí, puede contaminar el medio ambiente. El río allí es mucho más caudaloso. Hay una placa de un militar quien falleció allí: Luis Carlos Toro Londoño.

Tomamos fotos y de nuevo a caminar. Pasamos por un sitio lúgubre, muy grisáceo y escasamente un chorro de agua… casi ni se ve correr, parece que va por cuevas. Imaginaba el sitio como para una película de terror, o de invasión de extraterrestres.
Por fin llegamos a un sitio para meternos al agua… una hermosa piscina natural. Muy grande. Nos quedamos un buen rato allí. Nos vestimos, y a caminar a la finca, en donde encontraríamos nuestro almuerzo. Estaba dentro de una bolsita azul, había tamal, papitas, pastas, en fin, mucha comida para mi gusto, pero igual había que comer, pues el camino era largo y teníamos que volver a la lancha. La finca, muy limpia y allá se conseguía gaseosa y agua fría. Es raro que a uno no lo dejan llevar botellas y allá si las venden. Sin embargo, uno paga lo que sea por tomar esa gaseosa fría. Ah! Siempre había gatos y perros… casi siempre tirados en el piso por el calor.

Tomamos de nuevo camino y llegamos de al río, para volvernos a zambullir, en otra hermosa piscina natural. Salimos y caminamos hacia la lancha.


Nilsa, nuestra guía
Ya en la noche, luego de llegar a la ciudad, pagamos para ir a ver el atardecer, nos suben a un cerro alto, y tristemente vimos un gran incendio. Sin embargo, el atardecer, estuvo hermoso. Ese tour, hay que pagarlo aparte.

Día cuatro (09-13)
Desayunamos, y nuevamente a la lancha. Todas tenían unos nombres muy simpáticos. Fuimos entonces al Puerto Los Mangos. Allá revisan el maletín, porque no se puede usar dentro del parque natural, ni crema de manos, ni bloqueador solar, ni jabón, ni desodorante. Es necesario ponerse camisetas de manga larga, y pantalones impermeables, pues hay que caminar por selva, o por roca, o por tierra, y es probable que se rayen las piernas o los brazos. Nos llaman a lista, los que están a cargo de Nilsa. Hay un señor que alquila bastones. Suerte que llevé el mío.

Tomamos la camioneta, pasamos por caminos amarillos, naranjados, y hasta petróleo vimos en el piso. No se cuánto tiempo invertimos en auto, carretera destapada, para llegar al retén militar.

Hicimos nuestro calentamiento, y a caminar. Es en subida, no muy fuerte el ángulo. Muchas flores, plantas bellísimas y a conocer otro espacio del Caño Cristales.

Llegamos a un sitio muy hermoso, y Nilsa nos explicaba que había una leyenda sobre el color rojo del río,  que solo tiene por seis meses ese color, y dice que una india de la tribu Tinigua, fue castigada porque la casaron con un tipo que no era su amado, sin embargo ella se embarazó del amado, y fue condenada a tener la menstruación por seis meses seguidos, de ahí el color rojo del río.



Nilsa siempre nos iba contando leyendas e historias de las zonas que recorrimos…
Seguimos caminando y llegamos a un sitio que ya habíamos transitado, pero llegamos desde otro ángulo. Tomamos camino por un sitio muy selvático y piso muy rocoso, vimos una culebra. Yo preferí no acercarme, pues les tengo mucho, mucho respeto. Llegamos a una gran piscina, muy profunda, y uno se podía tirar desde una piedra alta, pero yo preferí bajar, para poderme meter al espacio tan espectacular. Hermosísimo ese sitio. Luego nos fuimos a almorzar a otra finca llanera y como había estado con una taquicardia, vi a unos chicos de la defensa civil y un paramédico de APH (atención prehospitalaria), me iban a atender, pero les dije que solo sentía algo complicado al respirar, pero que si me veía mal, les decía. Como tenía una gorra con el escudo de la Universidad mia, pues el paramédico se animó mucho, pues él es de APH de allá y se sintió cerca de la U. Almorzamos y arrancamos a caminar, luego de descansar un ratico. Cuando íbamos bajando al puerto, subía una de las camionetas, por unos sitios que no están permitidos, pero me dijo el conductor que era que una señora se había caído de un caballo y estaba en embarazo y en esos casos, si podían entrar al sitio en auto. A la bajada, venían con el paramédico y alguien de defensa civil, con la señora. El cuento es gracioso, porque el chico pensó que yo era médica, y decidió que fuera al lado de la enferma. Yo no sabía esto, pero de todas formas, le pregunté cómo se sentía, le preguntaba sobre ciertos asuntos, y quedó como si fuera una conocedora del tema, que aunque soy de la Brigada de Emergencias, pues un tema tan delicado como ese, no es de mi conocimiento el tratarlo. De todas formas nos sirvió mucho, porque estaba haciendo un sol tremendo, y nos llevaron en el auto a todo el grupo, para acercar a la señora a la lancha. Cuando llegamos ya había una enfermera y le informé la anamnesis que le había logrado sacar a la señora.


Nos fuimos en otra lancha, y me fui a caminar por la ciudad, vi a muchos niños ensayando sus bailes típicos, fui por el aeropuerto y vi al señor que hizo la escultura de los militares, que le estaba haciendo mantenimiento. Me explicó cómo la hizo y qué significaba cada elemento.

Quinto día.(09-14)
Esperábamos sembrar el árbol, que estaba dentro las actividades que teníamos programadas en el tour, pero no se dio, y nos llevaron temprano al aeropuerto, para salir a las 10:00 a.m. Eso no me gustó, pues no se cumplió con lo prometido.
Ya de regreso, llegué a casa, a cuidarme porque me quemé muchísimo la piel. Hasta quemadura de segundo grado me hice en las manos.

jueves, 1 de junio de 2017

Tébar

Informe días 3 y 4 de febrero
Horario: 8:00 a 12:00 m y 2:00 a 5:00 ambos días
Curso:  Enfoque metacognitivo para el desarrollo de competencias y la apropiación de aprendizajes significativos”
Ponente: Hno. Lorenzo Tébar Belmonte, mediador pedagógico internacional Español.
Evento organizado por:
La Facultad de Medicina
Departamento de Educación Médica
Diana Díaz Hernández
Miglena Kambourova
Leonor Galindo Cárdenas
El pasado jueves y viernes (3 y 4 de febrero), asistí al curso Enfoque metacognitivo para el desarrollo de competencias y la apropiación de aprendizajes significativos”, cuyo ponente fue el profesor Tébar, pedagogo, psicólogo, Español, en donde su base principal de discurso es “Educar con amor”. Su formación académica es “lasallista”. Actualmente es profesor del Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle-Universidad Autónoma de Madrid. Es además el coordinador pedagógico de unos 350 colegios de La Salle en toda Europa, “para provocar la interacción y el intercambio de algunas prácticas, una pedagogía más actualizada para la formación de directivos y docentes”.
Inicia el curso con un Taller, en donde se nos pregunta, ¿cuáles son las tres debilidades de nuestros alumnos? Entre todos los grupos que formaron, se acuerda que son:
  • · Pragmatismo – utilitarismo – superficiales
  • · Falta base en primaria y secundaria
  • · Faltan valores
  • · Comunicación – conflicto generacional – brechas
  • · No tienen criterios para la selección de información
  • · La incapacidad de pasar del lenguaje a la acción
  • · Carencias comunicativas
  • · Deficiente selección de información
  • · Respeto – Exp. Ética
  • · Multidisciplinar
  • · Aprender valores
  • · Uso de las TIC’s
  • · Cultura
  • · Unas estudiantes que asistieron, hablan de la necesidad de tutela de una mediación
Después de debatir sobre estos puntos, el profesor dice que la intención en un maestro o profesor es la de ser motivador, darles tiempo de asimilación, pero encuentra que hay resistencia al cambio, y que realmente es muy generalizada. Hay que ofrecer una alternativa que le permita ver la respuesta. Es importante construir la mente. Cómo ayudamos a la construcción de la persona? No puede ser en el vacío, tiene que ser en los contenidos; debe ser estructurante.
Algunas frases sueltas que se dijeron:
  • · ¿Cómo enseñar a pensar? R: Existen muchos métodos y programas que sirven a ello.
  • · Los profesores deben aumentar su autoestima de la profesión más maravillosa.
  • · Qué tipo de profesores necesita
  • · Con qué método, cómo lo hace
  • · Cómo ejercer la autoridad
Habla sobre un libro en francés, La Pédagogie Feuerstein, ou la pédagogie à visage humain. Colección Clair & net – psychologie. Formato 12 x 19 150 páginas. Pedagogía Feuerstein: O Enseñanza del rostro humano. En la página 26 podrán encontrar los 5 tipos de programas que el ministerio de educación les enseñaba a los profesores de España, los documentos que seguían todos los colegios, para que todos los profesores conocieran cuales eran los principios vectores del nuevo sistema educativo:
1. La mejor praxis (Práctica, en oposición a teoría o teórica) es una buena teorización. Conocer los principios. A pesar del pragmatismo que tienen los alumnos, la mejor praxis es una buena teoría. Conocer los principios.
2. Métodos que tienen los programas
3. Para con esos mismos modelos podamos ayudarnos. Cómo lo haces?
La actitud mediadora debe aprovechar el conflicto, el mejor educador es el que lleva al conflicto. Debe comprender las necesidades de sus estudiantes.
Su explicación del “Paradigma” sobre la Mediación del Docente, es su clave central: La educación hay que repensarla, con una visión futurista, en donde el maestro debe ser un “mediador”. Expone los puntos sobre el perfil que debe tener dicho profesor, como así mismo las características y la aportación de la mediación en el proceso de aprendizaje en el alumnado. Para ser mediador lo primero es adelantar su propia convicción como mediador, como persona que se interpone entre el párvulo y los contenidos
Fundamenta su teoría, en autores como Vigotsky, Piaget y básicamente en el profesor Reuven Feuerstein, con el que ha sido colaborador (Feuerstein fue director de su tesis de Doctorado la cual recibió el Premio en Ciencias de la Educación de la UNED en el 2002)
Inicia su exposición con una descripción de la teoría de Piaget: sus estadios de desarrollo de la inteligencia, sus estudios sobre la psicología infantil, la inteligencia sensoriomotriz, la inteligencia práctica, la inteligencia intuitiva, las operaciones concretas y las operaciones intelectuales abstractas. Menciona, los conceptos básicos de la teoría de Piaget: esquema, estructura, organización, adaptación, que es en la parte en la que hace más énfasis, porque de allí se genera el “cambio”; la Asimilación, en donde el organismo se enfrenta al estímulo del entorno, la acomodación en donde hay modificación de la organización, y el equilibrio, en donde se genera el sujeto cognoscente. Para Tébar, es importante el aspecto de “desequilibrar” al estudiante, para hacer que se acerque al deseo de aprender, para motivarlo a aprender, a ir más allá. Dice que es importante que el profesor sea un motivador, para generar esos desequilibrios para que busque esa acomodación.
El equilibrio se establece entre los esquemas del sujeto, los acontecimientos externos, los propios esquemas, generando una integración jerárquica de esquemas diferenciados. Todo esto lo que tiene que promover un profesor motivador. Si el alumno no se ve en desequilibrio, no se ve motivado. La adaptación es parte del profesor.
El aprendizaje es un proceso de adaptación. Parte de nosotros (de los procesos cognitivos y desarrollo mental, de Vigostky).
La adaptación es un proceso en lo que necesitamos adaptarnos al proceso
Somos sujetos que nos adaptamos al objeto. Es el proceso de adaptación.
Asimilación: el objeto se ha adaptado al sujeto
El estudiante debe buscar.
Las Funciones cognitivas se desarrollan de acuerdo a ese proceso de equilibrio interno entre la acomodación y la asimilación es al punto al que hay que dirigirse al estudiante. Es provocar ese tipo de situaciones para generar el proceso de equilibración y tener ese desarrollo cognitivo que es al que le apunta Piaget.
Si el alumno ha captado su información, si es organizado a la hora de recoger los datos.
El vocabulario que utiliza…
Es hacerle buscar Hace un recuento sobre los procesos de aprendizaje según Piaget: acomodación, desequilibrio… asimilación.
El profesor debe ser: Motivador
El nuevo paradigma exige construir la mente del alumno para que él aprenda a aprender. El profesor debe permitir al alumno construir a través de los contenidos.
Los cambios educativos en la sociedad actual, globalizadora, con miles de culturas, los medios de comunicación, son las formas nuevas de vida, y la educación no puede quedarse atrás. También debe tomar un camino nuevo, en donde todo quepa, repensando su lugar en la sociedad, repensando su razón de ser en una sociedad que cambia a pasos agigantados.
Se pregunta: ¿Cuál es el paradigma psicopedagógico hoy en las aulas? Existen tres pasos, (en los cuales el colegio debe renovarse en el sentido pedagógico. Hay que tener una alternativa):
1. Conocer las corrientes psicopedagógicas actuales
2. Inspirados en el carisma o en el estilo pedagógico o carácter propio del Centro o Institución (ej. Guía de las escuelas- JBLS).
3. Definir nuestro PARADIGMA actual, creativo e innovador, con visión de futuro: Síntesis para hoy.
Cómo educar en una sociedad incierta?
Hemos aprendido la hegemonía del conocimiento. En la actualidad hay que educar en las nuevas ágoras. Tener conciencia del cambio estructural
“El mundo en el que van a vivir nuestros hijos está cambiando cuatro veces más rápido que nuestras escuelas”
Qué es educar? Encontramos muchas definiciones: ciencia, arte, acoger, amar, acompañar, potenciar, comprender, construir, interiorizar, dar sentido, autonomía, socializar, experiencia ética, ser feliz, salvar.
Entonces, hay que ofrecer nuevas competencias, estar en una actualización constante.

miércoles, 24 de abril de 2013



LAS CARTAS QUE NO LLEGARON

Brujas - Bélgica

Brujas - Bélgica

Brujas - Bélgica

Canales de Brujas - Bélgica


lunes, 16 de enero de 2012


FELIZ 2012 

Iniciamos pues este año 2012.
Algunos siguen con nosotros, otros se han marchado.
Este año lo siento un poco extraño, pero tengo fé en que vendrán cosas muy buenas para todos. La mayoría piensa que es el tiempo final y yo pienso que es el inicial.
Viene un nuevo ciclo, de renovación



jueves, 22 de septiembre de 2011

Fotos

Este es mi pasatiempo preferido.
Fotos a la naturaleza...

lunes, 15 de agosto de 2011

LAS CARTAS QUE NO LLEGARON


En aquellos días en los que ni las computadoras ni el Internet existían, había un sistema de comunicación tierno, de entrega total, con las huellas propias de cada ser humano, de signos, rayones y muchas veces, de ininteligibles letras, que llamábamos cartas y eran distribuidas en las casas y oficinas, por los carteros.
Por mi casa pasaba uno de ellos todos los días. Él era un hombre pequeño, de cabello cano, un gran bigote blanco, una tierna sonrisa, piel un poco rosa y su quepis gris. Su pantalón era de color azul, con una línea gris a cada lado y una impecable camisa amarilla clara de manga larga, puños grises, con el emblema de Adpostal rojo y blanco en el bolsillo derecho. A este señor lo vi envejecer año tras año, al igual que a la “señorita Elena” quien vivía en la parte superior del edificio.
El cartero le llevaba religiosamente cada quince días una carta a la señorita Elena, siempre en sobre diferente, en esas esquelas hermosas que salían antes, con unas estampillas que me derretían de la envidia, pues eran de China y yo tenía una linda colección de estos sellos; me daba pena pedírselas, pues le brillaban de una manera tan especial los ojos cuando las recibía, que mi voz se atragantaba para decirle algo. Sentía que le robaba parte de ese ser que tanto anhelaba.
Las letras que se dibujaban en esas cartas, sólo llevaban palabras de amor, que para ella eran alientos de vida. Eran como un bálsamo de felicidad. A veces me las mostraba y otras, me leía algunos apartes de ellas. Parecían poesía viva. Tenían tal descripción del amor que él sentía por ella, que el cielo, por más gris que fuera, se tornaba azul.
En las cartas, su amado le decía que cuando ella pudiera irse a reunir con él, la estaría esperando; que sus días se daban sólo por pensar que ella estaría a su lado en algún momento de su vida, pero la señorita Elena, como buena hermana que era, tenía la promesa de cuidar a su hermano hasta el final y él lo sabía.
Ella era preciosa. Tenía unas facciones muy pulidas, parecía una griega, con excelentes proporciones y piel suave. Sus ojos un poco almendrados de un color entre verde oliva y musgo, se tornaban rasgados con su amable sonrisa. Sus labios siempre llevaban un rosa brillante, que combinaba con su piel blanca. El cabello era castaño claro hasta los hombros y tenía un cuerpo armonioso que movía graciosamente al caminar. Siempre estaba de zapato alto y falda. Jamás la vi usar pantalón. Tenía las piernas contorneadas y rectas. Nunca la noté de mal genio o molesta por algo, aunque llevaba su cruz con el cuidado de su hermano. Él era una buena persona, pero bebía hasta altas horas de la noche. Juan se llamaba. “Don Juan” le decíamos en casa. Era un señor alto, también de lindas facciones, pero que tenía el dichoso vicio del licor.
En casa le decíamos a la señorita Elena “que dejara al hermano y que hiciera su vida”. “Que él ya estaba crecido y sabría cómo salir adelante”. “Que su amado la esperaba y contaba con ella para poder continuar su vida”. “Que el tiempo nada devolvía y que estaba perdiendo sus mejores años de vida”. Pero no, nuestras palabras se las llevaba el viento, porque, insistía en decir, que ella le había prometido a su padre moribundo que estaría con su hermano hasta el final y eso, era una promesa sagrada. Su amado, como dije, era consciente de la promesa y respetaba esa decisión.
El tiempo siguió, Don Juan empezó a enfermarse y para colmo, a la señorita Elena, dejaron de llegarle las cartas. Ella miraba por el balcón de su apartamento o por la ventana de su habitación, en busca del cartero, pero éste jamás volvió a verse. Pasaron los días, los meses y su elixir, no aparecía en lo absoluto. De todas maneras, ella escribía diariamente unas letras para su amado, como dando respuesta a las cartas que no recibía, tal vez por la costumbre o quizás para darse un poco de ánimo. -¡No puede ser que me haya olvidado!-, se decía o -A lo mejor está enfermo-; se comentaba como para no desfallecer. ¿Será eso posible? Y si fuera así, -¿Quién lo estará cuidando?- y de pronto -Si se golpeó en la cabeza, ¡tal vez por eso me ha olvidado!-. Se decía una y otra vez. -¡Esto no puede estar pasando!- Empezaron a rondarle mil ideas por la mente. Trató de lograr entender de manera lógica que podría haber sucedido, pero nada concreto le surgía. Sin embargo, ella le seguía enviando sus escritos, comentando el día a día, aun sin recibir respuesta alguna. Pensó entonces en llamar, pero igual, no tenía el número y en ese entonces, era muy costosa una llamada al exterior y ¡menos a China! Para colmo había que ir a unas cabinas especiales para ello, y si hubiese tenido el número, el dinero no le hubiera alcanzado, pues Don Juan, lo que antes derrochaba en licor, se lo gastaba ahora en la compra de los medicamentos para su enfermedad. Le habían diagnosticado cirrosis e imagino que generada por el exceso de licor.
Los días fueron pasando, días que se convirtieron en años, no muchos realmente, pero la señorita Elena, empezó a demacrarse y a envejecer prematuramente.
El médico dijo que Don Juan, debía tener unos cuidados muy especiales si quería tener unos años más de vida y que no era prudente que consumiera más licor. Decidió dejar de beber, pero la cirrosis ya había hecho lo suyo. Cada vez se veía más pálido.
No sé si pensar que afortunada o infortunadamente, la vida de la Señorita Elena, convirtió su tiempo en entrega única y exclusivamente para su hermano. Tenía que insistir en que se alimentara, en bañarlo, en vigilar que no se ahogara con los vómitos de sangre, en fin, enfermera privada las 24 horas y ya no había tiempo de pensar en nada más.
A veces tenía que cambiar hasta tres veces al día las sábanas, todas untadas de sangre. Otras veces debía lavar el piso cuando Don Juan tenía vómitos oscuros sobre él. Ella sin impacientarse, hacía su oficio. Al fin de cuentas, le estaba cumpliendo la promesa a su padre y con esto se sentía aliviada, aun cuando en estos momentos realmente necesitaba de un apoyo, obviamente más moral que económico y así volvía a su mente la ausencia presente de su amado. Sí, él realmente no estaba ahí con ella, pero su pensamiento hacía que la acompañara día a día, y eso la mantenía viva.
Un día la señorita Elena, salió a la Farmacia de la esquina, muy preocupada porque Don Juan tenía las manos muy rojas y las venas muy visibles en el cuerpo, como telarañas de sangre en la piel y fue a preguntarle al farmacéutico qué opinaba sobre el asunto. De pronto vio en la entrada de la farmacia, a varias personas reunidas, hablando de algo que llamó su atención de manera muy especial. Los vecinos, comentaban que algo extraño debería estar pasando por esa parte del barrio, porque a varios de ellos que ya estaban jubilados, los cheques les habían dejado de llegar a sus casas y a otras personas que tenían convenios por correo, no las habían vuelto a recibir. Los jubilados habían tenido que ir a los bancos, en donde les decían que los cheques habían sido expedidos y a las otras personas de las suscripciones, también les habían informado que evidentemente se enviaron a las direcciones consignadas en su debido momento de la compra. Pues bien, la señorita Elena no dijo nada, habló con el farmacéutico quien le dijo que era importante que viera mejor al médico que estaba tratando a Don Juan. Salió de allí, casi sin dar las gracias, porque ya tenía en la cabeza otro asunto más por resolver. Llevó a Don Juan al médico. Lo dejaron hospitalizado en cuidados intensivos. El médico le dijo que no se preocupara que él estaba en buenas manos, que se fuera a descansar. Dudó un poco en salir, pero recordó que tenía algo pendiente por averiguar.
Regresó a su casa, y fue a hablar con las personas que antes había visto hablando del caso de los correos. El corazón le latía con gran fuerza, como si presintiera algo. Habló con este, y aquel, hizo cálculos y sí, a ella también le hacían falta sus cartas desde la misma época.
Hizo que cada uno escribiera su caso y lo firmara. Se fue para la oficina de correos, expuso su tema con el Jefe de zona del Correo y le dijo que miraría el asunto. Ella no le vio como mucha celeridad para hacer la diligencia y es entonces cuando le muestra las cartas de sus vecinos.
El Jefe tomó las cartas, vio que el asunto era serio realmente y dijo que pronto le daría respuesta, que él personalmente se apropiaría de la investigación. Empezó a mirar las fechas y concordaban claramente con la muerte del antiguo cartero de la zona. Miró las rutas y a los encargados del recorrido. Empezó a estudiar todo, y en unos días, notó cómo uno de los carteros, Jaime, justo el asignado a esa franja, era el primero en llegar a la oficina después de la jornada y siempre se le veía bien puesto.
Habló con todos los compañeros de éste y le comentaron que hablaba poco, que era más bien tranquilo y relajado en su desempeño. Además, siempre se le veía muy descansado por mas trabajo que tuvieran. El Jefe decidió enviarle un compañero nuevo para vigilarlo, con el pretexto de que le diera una inducción. Jaime, sacó mil pretextos y se reportó como enfermo para el día en que tenía que dar la inducción y sugirió que alguien fuera con el chico en otro recorrido. Esto no le gustó para nada al Jefe, y decide ir a visitarlo a su casa. Fue con otro de los carteros, tocaron la puerta, la esposa abrió la puerta a medias, dijo que estaba dormido, que no podía moverse, que regresaran mas tarde, pero el Jefe insistió en verlo, porque dijo que era política del correo, preocuparse por sus empleados. A la señora no le quedó otro remedio que abrirles la puerta y dejarlos pasar, cuando ¡oh sorpresa!, los corredores estaban llenos de cajas con cartas, perfectamente organizadas. El Jefe y el cartero invitado solo se miraron, justo en el momento en que Jaime salió medio dormido de su habitación. Ante el asombro de ambos, él explicó que: -Era que había demasiado trabajo y no alcanzaba a entregar esa parte del correo-. Argumentó: -Que él trataba de llevar lo que podía, pero que ese trabajo al sol y al agua, a veces le afectaba-. Sin más, se dejó caer sobre el sofá de la sala, a la espera de las autoridades, pues sabía lo que le esperaba. La esposa, dijo que ella lo único hacía, era organizarlas.
Mientras tanto, la señorita Elena, ya en el hospital, era informada de que su hermano ya estaba en los últimos momentos de su vida y que ya nada podían hacer por él. Pidió autorización para estar a su lado hasta el último momento. Leyó el periódico para relajarse un poco; cuando de pronto vio la noticia sobre un cartero que estaba preso, porque había guardado en su casa cartas y que tenía por lo menos, una tonelada y media de peso en ella. Solicitaban a las personas que habían sido afectadas por este hecho, para retribuirlas por los posibles perjuicios que hubiesen tenido y que ya estaban enviando todas las cartas que no habían sido entregadas. Esto le dio una felicidad muy grande, porque sabía que tendría las suyas. Así lo sentía y por fin tendría sus letras de nuevo. Ella había sido constante en su comunicación y vería recompensada su fe.
Le comentó a Don Juan la situación en su lecho de muerte; él le sonrió, le tomó de la mano, le dijo –Mereces ser feliz, gracias por todo -, cerró los ojos y murió.
Ella, le hizo un entierro precioso, todo blanco: vestidos y flores, como si se anunciase la luz que se le venía a ella para la vida.
Ya en casa, sola, le llegaron las cartas que tanto había esperado. Leyendo una a una, se fue llenando de nuevo de felicidad, de vida y de energía. Ya estaba ojeando las últimas, cuando tocaron a la puerta de su casa. ¡Era su amado quien había venido por ella! Así se lo decía en su última carta que aún no había leído. Se abrazaron y besaron, como la primera vez. Él le explicó que tenía que venir por ella para apoyarla. En sus cartas se había enterado de todo lo que estaba sucediendo, gracias a que jamás dejó de escribir. Sabía que ella estaría sola pronto con su promesa cumplida y ahora venía por la de él. Regresó con todo el amor y el deseo de poderla tener por fin a su lado. Nunca le exigió nada y a cambio ofreció su amor incondicional. Se casaron y se fueron para China. Ya quien recibe cartas de ellos soy yo, pero sin estampillas, pues ya existe el e.mail.